El peor trabajo del mundo laboral es ser un fotógrafo, y más aun cuando se trabaja con machos que deben fingir calentura. Y es que no es fácil en plena photoshoot tener dentro del foco a unos buenos machos, con 100 °c de sofoque sexual con sublimes poses procreadoras.
Aunque muchos fotógrafos aprovechan algunos momentos para relajar a los modelos masculinos para hacer más profesional la toma, aunque en muchas ocasiones el natural se les sale de las manos.